SINOPSIS:
Depositarias de saberes ocultos y ancestrales, brujas,
hechiceras y hadas fueron protagonistas de importantes pasajes de la vida
cotidiana de la Antigüedad, la Edad Media y el mundo moderno.
Odiadas y temidas, marginadas y al tiempo veneradas, estas
mujeres y su forma de entender la vida como algo necesariamente libre
inquietaron a los podres políticos y religiosos de cada época. Y aunque siempre
fueron perseguidas, consiguieron dejar una huella imborrable en la cultura
popular occidental que ha llegado hasta nuestros días.
OPINIÓN
PERSONAL: A1.
Fue
un regalo de una amiga mía para mi cumpleaños, pero no me había animado a
leerlo hasta ahora.
Empieza
narrando las historias más famosas sobre las brujas de la Era Grecorromana,
desde el principio de los tiempo, cuando todos temían a la bruja Hécate, o
cuando Medea castigó a Jasón o Circe se enamoró de Ulises.
Cuando
los griegos hablaban de brujas hablaban de mujeres fuertes que eran curanderas,
filosofas o astrologas, ayudaban a otros o predecían el futuro. Veneradas hasta
que se volvían malas porque los hombres de los que estaban enamoradas las
traicionaban, entonces ellas se vengaban por su traición y se volvían malvadas
y temidas. Pero cuando llegaron los cristianos todo eso cambia, la mujer bruja
mantiene relaciones sexuales con el propio Satanás, mata a los niños y se come
a sus propios hijos, vuelan en escobas y preparan los venenos más peligrosos
que existen a través de invocaciones prohibidas y sacrificios.
La
mayoría de las páginas de este libro hablan de un fragmento de un pasaje
antiguo y después Rafael nos explica lo qué querían decir. Muchos de estos
pasajes son cristianos, es más, puedo decir que muchos de ellos no tienen nada
de brujería, podía haber quitado muchos de ellos y no hubiese pasado nada.
También hay algunos fragmentos de Homero y Séneca, más interesantes que los
bíblicos que se ciñen a otra cosa.
Nos
podemos encontrar con historias como la Celestina, Don Quijote y el propio mago
Merlín, el cual tiene un capítulo dedicado para él, pero que aparte de decirnos
que fue hijo de una virgen y de un demonio o que ayudó a un amigo a suplantar
la identidad de un duque... no cuenta nada más de él. Lo justo menciona al rey
Arturo y su mesa redonda. Pero se centra más en pasajes cristianos de
escritores españoles, tenía un gran tema de magia para explotar, pero Rafael
decidió cambiar el hilo del libro.
Es
más, voy a decir que muchas veces escribe temas muy interesantes, los cuales
deja de narrar y se centra en otra cosa, es como si supiese mucho, pero al
mismo tiempo no sabe nada. Hay tablas de brujería o listas de maleficios, pero
en vez de contarnos cosas sobre ellas decide hablar de algo diferente.
Me he
quedado a medias con el libro, pues la idea es fantástica, pero creo que no ha
sabido desarrollarla bien, si le hubiese dado otro enfoque y hubiese alargado
más las historias de brujas o sobre la inquisición, habría sido otro libro
mucho mejor y más entretenido, y seguro que no hubiese desconectado tantas
veces como lo he hecho.
LO
MEJOR DEL LIBRO: Son las tablas, los esquemas y los dibujos. Las historias de
brujas de la antigua Grecia o alguna real me han encantado.
LO
PEOR: la gran cantidad de fragmentos cristianos que no tienen nada de brujería
y las largas explicaciones sobre esos mismos fragmentos.
No
voy a suspenderlo solo por las listas de brujería, pues son realmente geniales.
RESEÑA: EL GRAN LIBRO DE LAS BRUJAS DE RAFAEL M MÉRIDA JIMÉNEZ
LECTURA, ¿FANTASÍA O PESADILLA?
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